El Blog de Marco Polo Pérez Xochipa

sábado, 6 de octubre de 2012

Una carta para mi mismo.


Era de noche y en el ambiente se respiraba una sensación de que el tiempo se estaba terminando. El disco llegó en el último 14 de febrero, el último disco de McCartney para la última pieza, para un último baile, para el cual siempre habría tiempo.
Hoy que lo recuerdo, hoy que vuelvo a escuchar la canción, también voy a sentarme y escribirme una carta imaginando que me la mandas tu, con palabras de amor que sé que vendrían de ti, donde me cuentas que ya te sientes mucho mejor. Voy a sonreír e imaginar que tu me la envías y que también sonreíste mientras me la escribías.

No fue casualidad la letra ni el ritmo, no era casualidad ese disco para ese 14 de febrero junto con el arreglo de flores a un lado de tu cama. No fue casualidad que tu hijo menor pusiera esa canción mientras te cuidaba por la noche. Y mientras leo la carta que yo mismo escribí imaginando con todas mis fuerzas que eres tú quien me la envía, voy a escuchar de nuevo esta pieza, mientras que en el umbral de la puerta miro como bailas una vez más con mi hermano esta canción.