El Blog de Marco Polo Pérez Xochipa

jueves, 28 de octubre de 2010

El espíritu del Pepino

¿Que es eso de lo que no podemos hablar o nos prohibimos mencionar y entonces hay que cambiarle el nombre? Javier Velasco dice que le inventamos nombres a las personas para hacerlas más nuestras, yo digo que de igual manera usamos el mismo método para evadir y hacer lo más ajenas posibles a esas personas, empoderando así lo que no queremos nombrar.


PoLo dice:
Cuando en el curso dijeron "Para mañana deben traer un pepino" dije pta madre! con lo que me encanta la idea... Pero eso si, si no había de otra entonces yo tendría que llevar al pepino más pepino de todos. Entonces llegué a la verdulería y pensé ¿Cómo se piden? ¿Por kilo o por montoncito? y dije me da un pepino (y ya de entrada mencionarlo así pues ya fue como raro para mi) y me dicen ¿cual? Y volví a pensar, uta, pues todos están bien pinches iguales, o sea no hay uno que yo diga orale, ¡este! ¡este! Todos son tan comunes y bien así como sin chiste.
Kotu dice:Si jajaja exacto
PoLo dice:El que me llevé estaba como x, insípido, de esos que sin chile, limón y sal no sería nada... son esas las características del pepino perfecto, que son como todos, tan iguales que cualquiera que agarres esta bien...
Kotu dice:jajajajaja
PoLo dice:Cuando me lo dan me dicen, ¿quiere una bolsa? y volví a pensar.... naaa, me voy a llevar pateando a este pinche pepinazo. Al otro día lo lleve al curso y cuando todos sacaron el suyo dije, ¡órale! ¡yo tenía razón! Todos los pepinos son bien pinche iguales!!!!!
Así que antes de ponerle el condón (que por cierto eran unos de fresa, cortesía de un evento no sucedido) tendría que hacer las paces con Don Pepis, decirle que ante su imponente falta de gracia, aceptaba su derecho a existir, yo podía vivir con eso. La pregunta después fue que hacerle a este pepinazo que pues ya era como mi cuate, así que después del uso que tuvo pensé en liberarlo en el primer puesto de jícamas que encontrara, para que cumpliera así su cometido en la vida.
Kotu dice:Jaja pff hubieran pedido plátano jaja
PoLo dice:Te juro que pensé en un plátano, pero dije, haber, esto tiene que ser un reto, ya, no es para tanto, a darle la vuelta y a llamar a las cosas por su nombre, un pepino es un pepino, y el novio de ella pues tiene su nombre, raro o como sea, pero eso ya es otra cosa. Entonces pasé junto a un puesto de esos que venden papas y jícamas que lo atendía Mariana y le dije sale, se lo regalo, hay lo parte y lo hace como se le antoje, total que yo ya hice las paces con él, y entonces me fui.
Kotu dice:Jajaja, esto debería ir a tu blog

Debo confesar que nunca pensé en dedicarle una entrada de blog a un pepino, ahora pienso que me tardé demasiado (como si aclararlo sirviera de algo) El pepino que todos llevamos dentro es más complejo de lo que en realidad suena. Los franceses tienen un término para referirse al momento en que la mejor respuesta te llega pero ya no hay nadie que la escuche, lo llaman “El espíritu de la escalera”. Ahora hago una contribución al hecho de no querer mencionar el nombre de alguien o de algo por el simple miedo a invocarlo; ese es el "espíritu del pepino", que para mi hoy fue un pepino, pero para otros puede tratarse hasta de una canción, un lugar o una persona.
Si partimos del hecho que nuestra realidad esta basada en cómo hablamos de ella, entonces entenderemos el peso y el significado importante que tienen las palabras. Es así como entendemos nuestra realidad, por la forma en cómo hablamos de ella. Pff Pff (Expresión gráfica cortesía de Kotu)

Todos tenemos un pepino verde, inerte y sin chiste, recordándonos sobre lo que no queremos hablar o evitamos nombrar, porque sentimos que nos sangra la boca nada más de mencionarlo, tan parecido a hacerle un altar o guardarlo en el closet, haciéndolo así sagrado o maldito, lo que se busca es no volverlo a tocar ni con las palabras.
Si es que todos tenemos un pepino, con el mío ya hice las paces.

viernes, 15 de octubre de 2010

Más frio para llevar

Tiempo de ser fantasma,
tiempo de maldecir
y no entregar el alma,
para sobrevivir.
-Silvio Rodríguez-

“Hoy ha comenzado el otoño y con ello las depresiones; los días son más cortos y grises, hay menos sol y eso repercute directamente en el estado de animo de las personas”. Así comenzó el noticiero de anoche, yo en cambio había visto un apacible atardecer que anunciaba el mes de Octubre; ahora sé que estoy a punto de volverme loco.

Me he dado cuenta que estos fríos tienen algo que el calor no tiene, y es el hecho de ensimismarme, enclaustrarme, replegarme. El calor me hace querer abrazar a una sola persona, en cambio el frío me hace querer abrazarlas a todas, a esas que se toman un momento para andar despacio en estos gélidos días en que las tiendas desde hace más de un mes ya están vendiendo la navidad. El calor no dilata a todos los cuerpos, esa es una propiedad que sólo posee el frío; el calor te hace querer llegar más rápido a algún lado, pero el frío te hace andar despacio, te hace verlo todo mejor, te aletarga, es por eso que si no te mueves aunque sea un poco te puede congelar. Pero sobre todo este frío te hace tocarlo todo, especialmente tocar para que la sensación de vida te regrese a los dedos, a la piel y al alma.

"Era medio día y afuera las nevadas eran cada vez más intensas, el cielo cerrado era totalmente blanco y apenas dejaba pasar un poco de luz que no lograba calentar nada. El clima en Nueva York no mejoraba a finales de enero, las nevadas duraban todo el día y en las calles muy poca gente caminaba.
Pero eso a ella no le molestaba, al contrario, por eso se había ido de intercambio a ese lugar, para escapar un poco de la monotonía de un clima templado, donde la ciudad se veía siempre igual sin que nada le cambiara el paisaje. El frío extremo sacaba lo mejor y lo peor de ella.
Faltaban exactamente catorce minutos para que dieran las seis de la tarde y había decidió caminar hasta el departamento que alquilaba cerca del Central Park, enfundada en un abrigo abrazaba la bolsa de papel que contenía una botella de vino y las cosas que le hacían falta para preparar su cena especial.
Caminaba a la orilla del lago mientas miraba a los arboles ausentes de hojas y llenos de copos de nueve, las luces de la ciudad comenzaban a iluminar el cielo y una suave brisa fría la hacia pensar en lo que esa noche tenía que preparar para su cita. Llegó a tiempo para preparar la cena, su invitado no tardaría en hacerse presente, calculó los tiempos, puso la mesa, prendió un par de velas y con 3 minutos antes de la hora señalada se acomodó el peinado y entonces estuvo todo listo, encendió su computadora y se conectó al skype, él ya la esperaba.
Ahí estaba ambos, tocando respectivamente sus monitores, acortando el frío, como quien trata de entibiarlo todo con una sola extensión de sus manos".

Comienza la mejor época del año, terminaron los desesperados desesos inmediatos, ahora que cada quién muera tan lentamente como quiera...

martes, 5 de octubre de 2010

La letra con frío entra

Feliz navidad sangrienta
te desea mi corazón en venta...
-Andrés Calamaro-

Las luces, los arboles adornados, este año quiero que la navidad me sepa a como cuando tenía 8 años. Las cajas de esferas ya están listas y me acerco a ver las villas navideñas con sus casitas de techo nevado y sus chimeneas que encienden. El Santaclos que toca el sax, Rodolfo que baila, comprar los regalos y comenzarlos a pagar en marzo del próximo año, todo ya esta listo... Todo estaría perfecto sino fuera por el detalle de que todos esos adornos contrastan con las banderitas mexicanas para celebrar el bicentenario y con las mascaras de monstruos para el halloween...
Me consuelan que comparto éste malestar con muchas otras personas que tienen la misma molestia que yo por andar apresurando eventos. Así como de esta premura para festejar el fin de este año, luego porque habemos más que vemos en estas fechas sólo signos de pesos. Como sea ya me veo contemplando las luces de los arbolitos y diciendo lo mismo de siempre, "este año se fue muy rapido".

Creo que algo que podría salvar a diciembre es la película de Love Actually con unas Oreo blancas y el nuevo libro de Velasco, junto con un cd de Fito Páez o Andrés Calamaro. Pero mientras eso ocurre ya se ha comenzado a poner a la navidad en venta desde hoy, muchos antes,(la cual planeo adquirir hasta el último momento que la pongan en oferta) 
Y yo que aún no me repongo de la del año pasado, sólo tengo listo el mismo traje de Grinch de siempre, y lo único genuino, como siempre, es este rico frío.

lunes, 4 de octubre de 2010

Calor de invernadero

La quiero porque yo soy el hombre
más puntual de la tierra y ella,
puntualmente,
siempre llega tarde
-Carlos Fuentes-

Para él había comenzado ayer, para ser exactos a las 11:14 de la noche, el inicio del frío propio de octubre se le hizo presente al salir del café. Él era un hombre de fríos, otro pingüino más que comenzaba a reconocer su hábitat natural y que sentía felicidad por regresar de nuevo a su elemento, a ver las cosas tal y como las había dejado.

Ayer a las 11:14 hacía frío, esa noche afuera seguía haciendo frío, pero el calor que le llegaba al pensar en ella lo entibia todo, fue entonces como al momento en que pagaba la cuenta y se iba (porque ella no había vuelto a llegar a la cita, porque ella gustaba de aplazar los encuentros, escatimar en presencias, dosificar placeres, porque a ella le encantaba tentar al destino, jugar con sus hilos, retarlo, llevarlo al límite...) encendía un cigarro, mientras que en silencio pensaba que había que nombraba de nuevo, así que ahora oficialmente sería su luz de noche, su calorsito para llevar en medio del frío, su caricia más suave, su beso más cachondo, su mejor plan echado a perder, su tercera mujer más importante, su asignatura pendiente, su mujer asesina, su Beatle favorito.

Ella era una princesa del circulo polar que caminaba sonriente sin saber bien a quién iba enfriando a su paso; así que no le quedó más que darle la bienvenida al mejor de sus fríos, el cual deseaba ofrecerle en un beso al momento de amanecer juntos en un mismo lugar, en ese en el que solamente se daba a las 11:14, con el frío que esperaba quemarla doucement, suavecito, rico...
Realmente, que fácil es esto de la ausencia.




viernes, 1 de octubre de 2010

Café anónimo

Hoy debería cambiarte el nombre, hoy deberías llamarte taza de café, quinta taza de café, y entonces apellidarte cielo nublado o lluvia que dura todo el día… Hoy tu nombre podría ser cualquiera y venir al igual que éste frío, de cualquier lado, de cualquier parte, y de esa manera ver si así también, de cualquier parte, al nombrarte, te me apareces.

Desde aquí ya se ven los fríos.