La frustración de este año que se va fue no haber asistido a su concierto, así que en el mismo momento que él junto con Serrat cimbraban el Complejo cultural S.XXI, yo estaba en un bar del centro con una cerveza, escuchando 19 días y 500 noches de un trovador que se defendía con su buen sentido del humor.
Recordaba cuando años atrás escuche esta línea de Sabina: "...¿ahora donde iré con un alacrán en lugar de corazón?..." entonces supe realmente a que se refería, ahí fue cuando todas esas preguntas que me había hecho acerca de todo Sabina las respondía con una sola canción, o mejor dicho, sólo en pequeñas partes, que después juntando podían perfectamente ser parte de una conversación.Yo también me siento tan joven y tan viejo, y definitivamente al escoger una vida también elijo la del pirata cojo con pata de palo, con parche en el ojo, con cara de malo. Yo tampoco quiero un amor civilizado, yo también deseo que todas las noches sean noches de boda y que el espejo no me de la razón. De la misma manera que a Sabina, México me atormenta y Buenos aires me mata; comparto con él la sensación que le dejó Maruja, cuando a mi también me dejaron por un idiota, del que después yo me hice amigo cuando a él también lo dejaron por otro idiota, pero eso si, que hermosa era...
¿Quién no ha estado cerrado por derribo? Fue Sabina el que justificó el engaño que puedo llegar a hacer cuando me empiecen a querer como se quiere a un gato, con sus letras me quedó claro que todas mis amantes tenían razón en eso de que antes el malo era yo.
Todas las respuestas, no poéticas, no románticas, no condescendientes, no rosas, sino las respuestas que elegante y diplomáticamente me hacía decirles a todas ellas que si bien no eran las más guapas del mundo, sí eran más guapas que cualquiera.
Y como dice en su mensaje de año nuevo: "Lo mejor de la vida pasará mañana". A mi me dejó un sentimiento de complicidad, ese que me hizo sentir acompañado cuando también me abandonaron como se abandonan a los zapatos viejos, cuando una mañana regresé a la maldición del cajón sin su ropa, a la perdición de los bares de copas, a las cenicientas de saldo y esquina; cuando me fui volviendo loco, y cuando derrochando la bolsa y la vida la fui poco a poco dando por perdida.
Joaquín sonó esa misma noche en la que ella se fue, es por eso que también este año que termina fue el de los 19 días (los de ella) y de las 500 noches, (las mías) en la que ella se volvió en esa mujer, la de la frente muy alta, la lengua muy larga y la falda muy corta.
Yo también deseo como él escribir la canción más hermosa del mundo, y mientras eso ocurra seguiré enamorado de Soledad, de Esperanza y de Inmaculada.
Este pez ya no muere por tu boca
Este loco se va con otra loca
Estos ojos no lloran más por ti
Dios te salve Sabina, lleno eres de gracia.