El Blog de Marco Polo Pérez Xochipa

lunes, 27 de diciembre de 2010

Terminales

Hace dos años pase una de las mejores Navidades de mi vida, tan rara que lo único que me recordaba que era 25 de diciembre era un gran árbol navideño que al cabo de verlo por más de 15 horas me aprendí la secuencia de sus luces. Fue así como llegaba de nuevo a ese aeropuerto, empacando la tarde anterior todas mis cosas con un grado de emoción que cada vez me es más difícil transmitir a los demás, encontrándome en la maleta aún cosas que había olvidado desempacar en anteriores viajes. La miraba y sentía que nunca había logrado desempacar del todo, ni en mi casa ni en los hoteles, nunca me da tiempo, de hecho ahora que lo pienso creo que nunca lo he querido hacer. Mi maleta medio llena siempre ha sido la conexión con mi condición de nómada, esa maleta es como mi casa y dentro siempre hay alguien que termino extrañando todo el tiempo.

El aeropuerto del DF estaba tan normal como cualquier otro día, el Starbucks de la terminal dos abrió hasta casi las 9 de la mañana y el vuelo a los Ángeles salía hasta casi las 9 de la noche. Mientras pasaba el tiempo otros viajes me vinieron a la mente, recordaba de manera clara cuando por primera vez vi una nevada en Alemania saliendo de la estación del metro, lo que para todas esas personas era algo cotidiano, para mi era todo un suceso, una tarde de febrero en Frankfurt nevando era un sueño que sólo había visto por televisión. Un momento no muy diferente a la nevada en Francia en la que por fin escribí mi nombre en la nieve, o a la nevada de madrugada viajando de Roma a Zurich, cuando afuera la nieve brillante contrastaba con la oscuridad, aunque lo mejor fue en Tokyo cuando acostado en la nieve pude hacer angelitos.

De niño pensaba que el día después a la noche buena nadie trabajaba, que todos estarían en sus casas durmiendo o abriendo regalos; con el tiempo me di cuenta de que mucha gente hacía su vida tan normal que parecería estar viviendo cualquier otro día del año, entonces cuando aparecía la normalidad de los días volvía a aparecer ese gran árbol lleno de luces blancas en medio del área de documentación que me hacía regresar y darme cuenta que estaba viviendo el día de Navidad por primera vez lejos de mi familia, como si fuera cualquier otro día, junto a esas pantallas que hacían la analogía anunciando los arribos y los despegues.

El aeropuerto me pone melancólico, triste, muy pensativo, y a la vez creo que me quedaría a vivir aquí, en la sala de salidas, viendo cómo la gente se va, ese es mi lugar favorito. Después de comprar un café buscaba un lugar para sentarme y me di cuenta de que las mesitas ya eran como parte de los muebles de mi casa, en ese momento todo me volvió a ser familiar.

Sin poder salir del aeropuerto me la viví entre la terminal uno y dos, entre las tiendas de souvenirs y la comida con Chacho en el Italianis, con el tren llevándonos de una terminal a otra hasta que a las 9 salió nuestro vuelo.
El aeropuerto es el único lugar en el que no me engento, en donde tolero la masiva presencia de las personas, quizá porque aquí todos estamos de paso, yendo o regresando, todos en movimiento, todos siendo breves en nuestras estancias unos con los otros. Aquí no hay tiempo de familiarizarse con nadie, con nada, no se pueden crear vínculos, aquí sólo hay que estar mientras el tiempo pasa y nosotros pasamos con él.

Es por eso mi fascinación por los aeropuertos, donde memorizas caras que jamás volverás a ver, en donde la vida nunca se esta quieta, donde las personas están de paso, donde siempre la busco, donde invento cuentos y compro recuerdos que al final olvido para quienes son.

PD: Todo esto derivó en un cuento llamado "Narita" que espero compartir pronto

1 comentario:

  1. Fantastico! con similar nostalgia! cada vez que me toca viajar a mi casa (ultimamente, al estar a cientos de km de ella) casi siempre elijo ventanilla! aunque casi siempre es de noche cuando viajo! me agrada ver al dia siguiente el sol salir!

    En ocaciones siento! que viajar (en mi caso en autobus muchos km) es como si entraras en una maquina del tiempo! porque... mientras tu viajas las demas personas fuera, hacen su vida, mientras tu! no haces historia! al estar viajando en el tiempo

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